La otra cara de las Jornadas de Otoño: La lámpara y el celemín

Referente a estas jornadas, nos ha llegado lo siguiente, que publicamos a continuación textualmente:



Nos cuenta el Evangelio, en una de sus muchas parábolas, que decía Jesus: “No se trae una lampara para ponerla debajo del celemin, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los de la casa”...
(San Mateo,cap V).

Ayer vino a Pozoblanco, de la mano de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaino, la lampara de la cultura, la antorcha del saber. Conferenciantes de prestigio para hornear unas jornadas de excelencia en la cultura, donde esta se expresa con mayusculas, alejada de la “cultureta” reinante en el solar patrio.

Nos visita, esta lampara, todos los otoños y algunos la esperamos con el interés que despierta el nivel que se nos ofrece y lo breve de su estancia entre nosotros. Pero este año, algún “lumbrera”, se le ocurrió la feliz idea de poner esta lampara bajo el celemín de su ubicación en el mirador del Silo...Y tan celemín es el dichoso mirador, que con los primeros afortunados que tomaron el ascensor, aquello saturó su exiguo aforo, sumiendonos al resto en la más absoluta oscuridad...; porque a un presunto “lumbrera”, se le ocurrió iluminar con la lampara, solo a los que cabían en el celemín.

Tanto se quiso elevar el nivel de la cultura, que al colocarla en tan pintoresca torreta del olimpo, la hizo inaccesible a los mortales...Y los mortales, venidos algunos de bien lejos, habiendo dejado otros sus obligaciones,..con la educación que caracteriza a la gente amante de estos foros, hubieron de resignarse a no gozar de la contemplación de Palas Atenea.

Mientras tanto, los imnumerables salones con capacidad que existen en nuestro pueblo, o vacios, o dedicados a la “contracultura” de la campaña electoral.

El responsable de este desacierto debiera dar una explicación.

...Y continúa la parabola del Evangelio diciendo: “...Quien tenga oidos, que oiga y quien tenga ojos, que vea...”

Antonio Moyano

 

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